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Vivir en zonas verdes puede reducir el riesgo de depresión y ansiedad

La exposición a entornos naturales influye en la salud, incluida la psicológica, mediante distintos mecanismos. Los espacios verdes mejoran la calidad del aire, reducen la actividad del sistema nervioso autónomo, pero también invitan a realizar una mayor actividad física e incluso facilitan las interacciones sociales. Por tanto, es una intervención potencial para reducir el estrés y promover el bienestar psicológico, además de la salud general.

Un estudio reciente (Wang et al., 2024) examinó la relación a largo plazo entre la exposición a zonas verdes y la incidencia de depresión y ansiedad. Este análisis utilizó datos de una cohorte prospectiva del Biobank del Reino Unido, que incluyó a 409.556 participantes a lo largo de toda la duración del estudio entre 2006 y 2021. Los casos de depresión y ansiedad se identificaron a través de registros hospitalarios y se recopilaron datos mediante cuestionarios y evaluaciones repetidas a lo largo de varios años, con un seguimiento desde la primera visita hasta la aparición de un diagnóstico de depresión o ansiedad o el fin del seguimiento del estudio.

La exposición a áreas verdes, que incluía espacios verdes públicos y jardines residenciales, se evaluó utilizando el NDVI, un índice basado en imágenes satelitales que mide la densidad de vegetación. Los valores de NDVI se promediaron en radios de 300, 500, 1000 y 1500 metros alrededor de las residencias de los participantes durante el período de estudio.

Los resultados mostraron que vivir en áreas con mayor vegetación se asoció con un menor riesgo de desarrollar depresión y ansiedad. Específicamente, las personas que vivían en zonas con más vegetación dentro de un radio de 300 metros tenían menor riesgo de depresión y ansiedad en comparación con aquellas que residían en áreas con menos vegetación. Estos efectos fueron similares para diferentes extensiones y densidades de vegetación, sugiriendo que la adición de más vegetación podría continuar mejorando la salud mental de las personas. Un hallazgo significativo fue el papel mediador de la contaminación del aire en la relación entre los entornos verdes y el riesgo de depresión y ansiedad. Las áreas verdes no solo crean un entorno agradable y relajante, sino que también reducen la cantidad de contaminantes en el aire, como partículas finas, dióxido de nitrógeno y otros gases nocivos, que afectan la salud física y podrían impactar también en la psicológica. La protección que ofrecían las zonas verdes contra la depresión y la ansiedad era más fuerte en personas mayores. Esto sugiere que ciertos grupos pueden ser más sensibles a los efectos positivos de las zonas verdes debido a factores como el tiempo que pasan al aire libre o el estrés adicional al que están expuestos.

En conclusión, este estudio sugiere que vivir en entornos con espacios verdes mejora la salud mental, un efecto que se incrementa al añadir más vegetación. Es importante considerar la relación socioeconómica en la selección de espacios para residir, lo que podría afectar a los resultados. Futuras investigaciones deben incluir variables como la usabilidad y calidad de las zonas verdes para aclarar su relación con la salud mental.
Referencias:
Wang, J., Ma, Y., Tang, L., Li, D., Xie, J., Hu, Y., & Tian, Y. (2024). Long-term exposure to residential greenness and decreased risk of depression and anxiety. Nature Mental Health, 2(May), 525–534. https://doi.org/10.1038/s44220-024-00227-z

* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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