Neurociencia y Psicología
Los suplementos de omega-3 reducen la agresividad
El comportamiento agresivo tiene un componente neurobiológico, estando mediado por ciertos rasgos psicológicos como la impulsividad y reactividad afectiva en una parte sustancial de casos. Por la misma razón, existe una relación entre distintos trastornos, que implican dificultades con el control de impulsos, y una mayor frecuencia de episodios agresivos. El Omega-3 es un ácido graso esencial que desempeña un papel importante en la estructura y función de las neuronas, regulando neurotransmisores y la expresión génica. Por ello, puede modular la actividad y conectividad de áreas cerebrales críticas para el control de impulsos y la regulación afectiva. Esto implica que podría ser terapéutico en distintos trastornos que tienen en su base una dificultad con el control de impulsos, así como reducir propiamente la agresión en diversas poblaciones.
Un meta-análisis reciente (Raine & Brodrick, 2024) evaluó la efectividad de la suplementación con omega-3 en la reducción de la agresión. Se realizó un análisis de 29 ensayos clínicos aleatorizados controlados con placebo con casi 4.000 participantes. Los estudios realizados incluyen suplementación de Omega 3 y escalas de agresión en diversos contextos clínicos, incluyendo personas sin diagnósticos específicos, y estudios realizados en personas con diversos diagnósticos, como déficit de atención e hiperactividad, trastorno oposicional desafiante, trastorno límite de la personalidad, trastornos del espectro autista, psicosis, discapacidad intelectual, y personas con riesgo de suicidio.
Los resultados muestran un efecto consistente de la suplementación con Omega 3 en la reducción de la agresión en comparación con placebo. El tamaño del efecto es modesto, pero significativo, siendo consistentemente positivo en la mayoría de los estudios. Este hallazgo puede ser especialmente relevante en diversos contextos clínicos. La agresión reactiva e impulsiva mostró una mayor reducción en comparación con la agresión proactiva y planificada. No obstante, no se alcanza el umbral de significación estadística.
Los análisis de subgrupos incluyeron factores como la edad, el sexo, la duración del tratamiento y la dosis de omega-3, no muestran grandes diferencias en la suplementación con omega-3, mostrando efecto tanto en muestras clínicas como comunitarias. El meta-análisis se centró en estudios que midieron la agresión explícitamente, lo que puede limitar la generalización de los hallazgos a otros comportamientos y rasgos relacionados, como la hostilidad o la irritabilidad. Por tanto se necesitan estudios específicos que amplíen las medidas de evaluación de diferentes rasgos y conductas antisociales, así como tipos y dosis de Omega 3.
En conclusión, este meta-análisis muestra que la suplementación con omega-3 puede ser una estrategia relevante para el manejo de la agresión en diversos contextos clínicos y diagnósticos. Los suplementos de omega-3, son generalmente bien tolerados y de bajo coste, por tanto pueden ser fácilmente incorporados en el régimen de tratamiento de los pacientes psiquiátricos en el sistema de salud. Otra cosa es que interese hacerlo.
Un meta-análisis reciente (Raine & Brodrick, 2024) evaluó la efectividad de la suplementación con omega-3 en la reducción de la agresión. Se realizó un análisis de 29 ensayos clínicos aleatorizados controlados con placebo con casi 4.000 participantes. Los estudios realizados incluyen suplementación de Omega 3 y escalas de agresión en diversos contextos clínicos, incluyendo personas sin diagnósticos específicos, y estudios realizados en personas con diversos diagnósticos, como déficit de atención e hiperactividad, trastorno oposicional desafiante, trastorno límite de la personalidad, trastornos del espectro autista, psicosis, discapacidad intelectual, y personas con riesgo de suicidio.
Los resultados muestran un efecto consistente de la suplementación con Omega 3 en la reducción de la agresión en comparación con placebo. El tamaño del efecto es modesto, pero significativo, siendo consistentemente positivo en la mayoría de los estudios. Este hallazgo puede ser especialmente relevante en diversos contextos clínicos. La agresión reactiva e impulsiva mostró una mayor reducción en comparación con la agresión proactiva y planificada. No obstante, no se alcanza el umbral de significación estadística.
Los análisis de subgrupos incluyeron factores como la edad, el sexo, la duración del tratamiento y la dosis de omega-3, no muestran grandes diferencias en la suplementación con omega-3, mostrando efecto tanto en muestras clínicas como comunitarias. El meta-análisis se centró en estudios que midieron la agresión explícitamente, lo que puede limitar la generalización de los hallazgos a otros comportamientos y rasgos relacionados, como la hostilidad o la irritabilidad. Por tanto se necesitan estudios específicos que amplíen las medidas de evaluación de diferentes rasgos y conductas antisociales, así como tipos y dosis de Omega 3.
En conclusión, este meta-análisis muestra que la suplementación con omega-3 puede ser una estrategia relevante para el manejo de la agresión en diversos contextos clínicos y diagnósticos. Los suplementos de omega-3, son generalmente bien tolerados y de bajo coste, por tanto pueden ser fácilmente incorporados en el régimen de tratamiento de los pacientes psiquiátricos en el sistema de salud. Otra cosa es que interese hacerlo.
Raine, A., & Brodrick, L. (2024). Omega-3 supplementation reduces aggressive behavior: A meta-analytic review of randomized controlled trials. Aggression and Violent Behavior, 78, 101956. https://doi.org/10.1016/j.avb.2024.101956
* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.