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El ayuno intermitente reduce el apetito y aumenta la oxidación de las grasas sin afectar al gasto energético.

Los resultados de la investigación revelaron que el ayuno intermitente no influyó en el gasto energético total durante 24 horas, pero sí redujo los niveles medios de grelina, hizo que la sensación de hambre fuera más uniforme a lo largo del día, y tendió a incrementar la sensación de saciedad y la flexibilidad metabólica, además de disminuir el cociente respiratorio no proteico en ese período.

El ritmo circadiano regula el metabolismo en un ciclo de 24 horas, creando patrones en el gasto de energía, el apetito, la sensibilidad a la insulina y otros procesos metabólicos. La sensibilidad a la insulina y la termogénesis inducida por los alimentos alcanzan su punto máximo durante el día, alrededor del mediodía. Comer durante la noche biológica está asociado con un aumento de peso y disfunción metabólica.

En un ensayo controlado aleatorio previo, se observó que las mujeres asignadas aleatoriamente a un desayuno abundante perdieron 5,1 kg más en 12 semanas en comparación con aquellas que recibieron una dieta isocalórica, pero con un desayuno reducido.

Este es el primer ensayo aleatorizado de alimentación controlada isocalórica destinado a determinar si el momento de las comidas influye en el gasto energético de 24 horas. Los participantes, reclutados entre noviembre de 2014 y agosto de 2016, fueron 11 adultos sanos, de entre 20 y 45 años, con un IMC de 25 a 35 kg/m². Estos sujetos fueron asignados aleatoriamente para seguir un horario de control (comer entre las 8:00 a.m. y las 8:00 p.m., un período de alimentación de 12 horas) o un horario de alimentación restringida (de 8:00 a.m. a 2:00 p.m., 6 horas diarias de alimentación).

Para evaluar el gasto energético y la oxidación del sustrato, los participantes residieron en una cámara respiratoria durante 24 horas, donde consumieron tres comidas isocalóricas idénticas con una distribución de macronutrientes del 50% de carbohidratos, 35% de grasas y 15% de proteínas.

El incremento en la oxidación de proteínas probablemente se debió a una gluconeogénesis mejorada asociada con el ayuno prolongado, sugiriendo la necesidad de reevaluar la distribución de macronutrientes. Se observó una disminución en el npRQ de 24 horas, lo cual indica una mayor oxidación de grasas. El gasto energético en reposo y la actividad física no mostraron alteraciones.

Alinear la ingesta alimentaria con los ritmos circadianos podría representar una estrategia clave para reducir el apetito y favorecer la pérdida de peso
Referencias:
Ravussin, E., Beyl, R. A., Poggiogalle, E., Hsia, D. S., & Peterson, C. M. (2019). Early time-restricted feeding reduces appetite and increases fat oxidation but does not affect energy expenditure in humans. Obesity, 27(8), 1244-1254. https://doi.org/10.1002/oby.22518

* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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