Atacamos a la gente buena en ciertos contextos porque amenaza nuestro status haciéndonos quedar mal

Las personas muy cooperativas a veces son castigadas y criticadas en muchas culturas.
Se trata de ataques a individuos de alto valor por parte de personas de bajo o moderado nivel cooperativo que ven comprometido su estatus.
Este estudio demuestra la hipótesis de que los participantes utilizan el castigo antisocial para reprimir a otros su generosidad.
El castigo antisocial fue causado por la competencia, personas generosas son vistas como amenaza.
Es una forma de evitar que los competidores ganen reputación y al compararse con ellos mismos, su propio valor quede disminuido y les haga sentir mal.
Esto podría responder a por qué las personas más generosas, actúan a "escondidas". Por ejemplo, haciendo donaciones en privado. De esta manera evitan el castigo del resto de competidores.
El estudio sugiere que quizás, esta sea la mejor estrategia para la vida social.