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Cada año se hacen millones de cirugías sin evidencia. Muchas no superan a tratamiento conservador, ni siquiera a una falsa cirugía (cirugía placebo: abrir y cerrar)

Las cirugías placebo demuestran que muchas intervenciones quirúrgicas que se realizan comúnmente no son eficaces.

La mejor manera de demostrar la ineficacia de muchas cirugías es realizar ensayos comparando con falsas intervenciones.
Al menos medio millón de angioplastias se realizan anualmente en todo el mundo. 
La principal justificación ha sido aliviar los síntomas como el dolor en el pecho, conocido como angina estable y dificultad para respirar. 
En este artículo de The Lancet se asignó al azar a 200 pacientes con una arteria bloqueada para obtener una angioplastia real o una falsa. 
En la versión real, un cirujano deslizó un catéter con punta de globo a través de una arteria en la ingle o el brazo hasta el bloqueo, ensanchó el vaso inflando el globo y lo mantuvo abierto con un stent parecido a un tubo hecho de malla de alambre. En el procedimiento simulado, se dirigió un catéter a la obstrucción, pero el cirujano fingió hacer el resto. 

El sorprendente hallazgo: no hubo diferencia en cómo se sintieron los pacientes seis semanas después de la cirugía. 
Varios estudios han demostrado que no reducen el riesgo de ataques cardíacos o muerte. 

La administración de medicamentos para controlar las enfermedades cardiovasculares, como se hizo con los 200 pacientes del estudio, junto con los cambios en el estilo de vida, parece ser el camino a seguir para la mayoría de las personas.

La angioplastia se suma a otras intervenciones que no superan a placebo, son inútiles o exponen al paciente a un riesgo innecesario.

* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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