Neurociencia y Psicología
Los adolescentes que pasan 4 o 5 horas al día frente a una pantalla tienen un retraso de 30 minutos para conciliar el sueño.

Los estudios recientes han revelado que la exposición excesiva a la luz durante la noche, especialmente la luz azul emitida por las pantallas de dispositivos como móviles, tabletas y ordenadores, puede alterar el reloj biológico del cerebro y la producción de melatonina, la hormona clave para el sueño. Esto provoca interrupciones en la duración y calidad del descanso. La falta de sueño no solo genera síntomas inmediatos como fatiga y dificultades de concentración, sino que también eleva el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas a largo plazo, tales como obesidad, diabetes y problemas cardiovasculares. Además, investigaciones sugieren que los niños y adolescentes son más susceptibles a los efectos adversos de la privación de sueño en comparación con los adultos.
En un estudio reciente, se observó que las personas que utilizaban pantallas durante más de cuatro horas al día presentaban un retraso promedio de 30 minutos en su hora de acostarse y despertarse, en comparación con aquellos que las usaban menos de una hora diaria. También se detectaron más síntomas asociados con la falta de sueño. Para evaluar los efectos del bloqueo de la luz azul, se llevó a cabo un ensayo controlado aleatorio en el que se estudiaron a 25 usuarios frecuentes de pantallas. Los resultados mostraron que tanto el uso de gafas que bloquean la luz azul como la abstinencia del uso de pantallas antes de dormir adelantaron en 20 minutos el inicio del sueño y el despertar de los participantes.
Estos hallazgos, que serán presentados en la reunión anual de la Sociedad Europea de Endocrinología en Lyon, también revelan que limitar la exposición nocturna a las pantallas mejora notablemente la calidad del sueño de los adolescentes en tan solo una semana. Según el Dr. Dirk Jan Stenvers, del departamento de endocrinología y metabolismo del centro médico universitario de Ámsterdam: “Hemos demostrado que los problemas de sueño pueden revertirse fácilmente al reducir el uso de pantallas durante la noche o al bloquear la luz azul. Los datos sugieren que las quejas sobre el sueño de los adolescentes y el retraso en el inicio del sueño están parcialmente influenciados por la luz azul de las pantallas”.
En un estudio reciente, se observó que las personas que utilizaban pantallas durante más de cuatro horas al día presentaban un retraso promedio de 30 minutos en su hora de acostarse y despertarse, en comparación con aquellos que las usaban menos de una hora diaria. También se detectaron más síntomas asociados con la falta de sueño. Para evaluar los efectos del bloqueo de la luz azul, se llevó a cabo un ensayo controlado aleatorio en el que se estudiaron a 25 usuarios frecuentes de pantallas. Los resultados mostraron que tanto el uso de gafas que bloquean la luz azul como la abstinencia del uso de pantallas antes de dormir adelantaron en 20 minutos el inicio del sueño y el despertar de los participantes.
Estos hallazgos, que serán presentados en la reunión anual de la Sociedad Europea de Endocrinología en Lyon, también revelan que limitar la exposición nocturna a las pantallas mejora notablemente la calidad del sueño de los adolescentes en tan solo una semana. Según el Dr. Dirk Jan Stenvers, del departamento de endocrinología y metabolismo del centro médico universitario de Ámsterdam: “Hemos demostrado que los problemas de sueño pueden revertirse fácilmente al reducir el uso de pantallas durante la noche o al bloquear la luz azul. Los datos sugieren que las quejas sobre el sueño de los adolescentes y el retraso en el inicio del sueño están parcialmente influenciados por la luz azul de las pantallas”.
Referencias:
van der Meijden, W. P., Stenvers, D. J., van Kerkhof, L., van Nierop, L., van Steeg, H., Bisschop, P. H., van Someren, E. J., & Kalsbeek, A. (2019). Restoring the sleep disruption by blue light emitting screen use in adolescents: A randomized controlled trial. Endocrine Abstracts, 63, P652. https://doi.org/10.1530/endoabs.63.P652
* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.