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El estilo de vida occidental tiene efectos duraderos en la metainflamación

Gracias a los avances en la medicina moderna y a las medidas de salud pública, la esperanza de vida humana ha mejorado significativamente en comparación con hace 100 años. Sin embargo, esta prolongación de la vida útil se acompaña de un aumento en la prevalencia de enfermedades no transmisibles e incapacitantes propias de la vejez, tales como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y las enfermedades neurodegenerativas. Además, enfermedades relacionadas con cambios en el estilo de vida, como la diabetes tipo 2, la obesidad y la enfermedad hepática crónica, están alcanzando proporciones epidémicas.

Por primera vez, se proyecta una disminución en la esperanza de vida. Esta tendencia negativa probablemente se acelerará debido a los efectos perjudiciales del estilo de vida occidental en la salud de la generación actual de niños.

La inflamación crónica de bajo grado se asocia tanto con el proceso de envejecimiento como con diversas enfermedades metabólicas e inflamatorias crónicas vinculadas al estilo de vida occidental.

Estudios recientes han demostrado, por primera vez, que el consumo de una dieta occidental lleva a cambios cuantitativos y cualitativos en las comunidades de bacterias comensales intestinales, resultando en disbiosis y en la alteración de los metabolitos que estas producen, así como en la barrera intestinal. Esta "permeabilidad intestinal" modifica la señalización de las células inmunes locales, culminando en un estado inflamatorio y en la reducción de células T reguladoras beneficiosas.

Se ha observado que los efectos proinflamatorios de la dieta son duraderos, donde el sistema inmune reacciona ante ella como una amenaza, iniciando la cascada inflamatoria en respuesta.

Los datos epidemiológicos que revelan la conexión entre los factores de riesgo y las enfermedades inflamatorias crónicas han alcanzado un nivel de confianza tal que permite predecir los años de vida saludable y la esperanza de vida. Por ejemplo, se estima que los adolescentes con diabetes tipo 2, una enfermedad prevenible que está aumentando rápidamente en sociedades con estilos de vida occidentales y altas tasas de obesidad infantil, perderán aproximadamente 15 años de la esperanza de vida promedio.

Enfrentar la meta-inflamación relacionada con el estilo de vida requiere el establecimiento de estrategias nacionales multimodales que prioricen la salud pública por encima de los intereses de la industria alimentaria.
Referencias:
Christ, A., Latz, E. The Western lifestyle has lasting effects on metaflammation. Nat Rev Immunol 19, 267–268 (2019). https://doi.org/10.1038/s41577-019-0156-1

* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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