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Estudio paleogenético: evidencia evolutiva, analítica y funcional sobre el papel de fermentados en la fisiología humana.

La interacción entre la microbiota y el huésped humano juega un papel fisiológicamente crucial en la salud y las enfermedades. Este vínculo abarca desde la protección de la barrera intestinal y la limitación de la producción de citoquinas inflamatorias, hasta la mejora de los niveles de insulina en ayunas y las tasas de recambio de glucosa. El consumo de bacterias del ácido láctico, conocidas por convertir la leche en yogur y el repollo en chucrut, ofrece numerosos beneficios para la salud. No obstante, surge la pregunta: ¿por qué es útil ingerir estas bacterias y cómo afectan a nuestro sistema inmunológico?

Un estudio reciente ha descubierto un mecanismo a través del cual las bacterias del ácido láctico interactúan con nuestro organismo. Inicialmente, los autores investigaban proteínas en la superficie de las células, conocidas como receptores de ácido hidroxicarboxílico (HCA). Mientras que la mayoría de los animales poseen solo dos tipos de estos receptores, los humanos y los grandes simios tienen tres. Los investigadores hallaron que un metabolito producido por las bacterias del ácido láctico, el ácido D-feniláctico, se une fuertemente al tercer receptor de HCA (HCA3), indicando su presencia en el sistema inmunológico. Este receptor detecta los metabolitos de las bacterias de los alimentos fermentados y desencadena el movimiento de las células inmunitarias.

El estudio reveló que HCA3 no solo se expresa en células inmunitarias, incluyendo macrófagos, neutrófilos y monocitos, sino también en adipocitos, pulmones y piel. Esta distribución sugiere una funcionalidad extendida más allá del sistema inmunológico directo.

HCA3 surgió a partir de una duplicación del receptor HCA2 antes de la divergencia entre los grandes simios y los gibones, lo que le permitió adquirir una nueva funcionalidad. La exposición a un entorno microbiano alterado probablemente impuso una presión selectiva que requirió la adaptación del huésped, proporcionando al mismo tiempo la ventaja de acceder a nuevos nichos ecológicos.

Se ha demostrado que las propiedades nutricionales y funcionales de los alimentos se incrementan mediante la fermentación con ácido láctico, debido a la transformación de sustratos y la formación de productos finales bioactivos o biodisponibles. Según los investigadores, esta hipótesis paleogenética cobra especial relevancia, ya que explica cómo las adaptaciones microbianas y las interacciones huésped-microbiota han contribuido a la evolución y funcionalidad del sistema inmunológico humano.

En conclusión, la ingesta de bacterias del ácido láctico no solo mejora diversas funciones metabólicas e inmunológicas, sino que también refleja una adaptación evolutiva significativa. Estos hallazgos subrayan la importancia de comprender las complejas interacciones entre la microbiota y el huésped para promover la salud y prevenir enfermedades.
Referencias:
https://journals.plos.org/plosgenetics/article?id=10.1371/journal.pgen.1008145

* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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