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La ira produce alteraciones en las respuestas vasculares

Las emociones producen cambios en la fisiología corporal, tanto de forma aguda como a largo plazo. La emoción de ira desencadena respuestas fisiológicas inmediatas, incluyendo un aumento de la presión arterial y la constricción de los vasos sanguíneos. Experiencias repetidas de ira producen respuestas simpáticas y pueden dañar el revestimiento endotelial, contribuyendo potencialmente al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, existiendo revisiones sistemáticas que muestran un aumento de episodios cardiovasculares tras episodios de ira.

Un estudio reciente (Shimbo et al., 2024) investigó cómo las emociones negativas, específicamente la ira, la ansiedad y la tristeza, afectan agudamente a las respuestas vasculares. Se reclutaron 280 adultos con una edad promedio de 26 años, en el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, Nueva York, como parte del estudio PUME. Los participantes, sin enfermedades crónicas ni factores de riesgo cardiovascular significativos, uso de medicamentos, trastornos psicológicos o tabaquismo habitual, fueron asignados aleatoriamente a una de las cuatro condiciones experimentales del estudio: tarea de evocación de ira, tarea de evocación de ansiedad, tarea de evocación de tristeza, o condición emocionalmente neutra. Se utilizó la escala analógica visual (VAS) para evaluar las emociones inducidas. Las mediciones se tomaron repetidamente en cinco puntos temporales tras la tarea. Tras un periodo de relajación de 30 minutos, se realizaron mediciones de presión arterial, frecuencia cardíaca y vasodilatación dependiente del endotelio. También se recolectaron muestras de sangre para medir micropartículas derivadas de células endoteliales y células progenitoras endoteliales, evaluando la lesión celular y la capacidad de reparación, respectivamente.

La inducción de ira deterioró significativamente la vasodilatación dependiente del endotelio en comparación con la condición neutral, especialmente a los 40 minutos postinducción, sugiriendo una incapacidad de los vasos sanguíneos para dilatarse adecuadamente de forma sostenida. Adicionalmente, la inducción de ira y ansiedad resultó en aumentos significativos en la presión arterial sistólica y diastólica en comparación con la condición neutral. En los grupos de ansiedad y tristeza, no se observaron cambios significativos en la vasodilatación endotelial. No se observaron cambios significativos en las micropartículas derivadas de células endoteliales y en las células progenitoras endoteliales entre las condiciones de emoción negativa y la condición neutral.

En conclusión, este estudio sugiere que la ira, a diferencia de otras emociones negativas como la ansiedad o la tristeza, afecta de forma particularmente negativa las respuestas vasculares al reducir la capacidad de dilatación de los vasos sanguíneos, lo que puede impactar en el riesgo cardiovascular a corto, medio y largo plazo.
Referencias:


Shimbo, D. et al (2024). Translational research of the acute effects of negative emotions on vascular endothelial health: Findings from a randomized controlled study. Journal of the American Heart Association, 13(e032698). https://doi.org/10.1161/JAHA.123.032698

* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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