Medicina
Árbol de té y aceites esenciales para tratar el acné y afecciones cutáneas inflamatorias
Los aceites esenciales son compuestos volátiles extraídos de plantas contienen componentes bioactivos, como terpenos y fenoles, que interactúan con vías celulares, modulando la inflamación y la respuesta inmune, y teniendo actividad antimicrobiana. Una revisión reciente (Dontje et al., 2024) evaluó la eficacia de distintos aceites esenciales en el tratamiento de diversas afecciones cutáneas inflamatorias. Se incluyeron 29 estudios realizados en diferentes países hasta el año 2023, abarcando estudios controlados y estudios de casos.
Los resultados indican que los aceites esenciales tienen un potencial terapéutico significativo para tratar condiciones inflamatorias de la piel como el acné, el eccema, la dermatitis, la psoriasis y la rosácea. En algunos casos, pueden ser tan efectivos o más que los tratamientos usuales. En estudios controlados con placebo, los aceites esenciales, como el aceite de kānuka y el de árbol de té, mostraron mejoras significativas en condiciones como el acné y el eccema en comparación con controles. Entre los aceites esenciales estudiados, el aceite de árbol de té fue el más investigado, y muestra ser efectivo en la reducción de lesiones de acné. Aunque no supera al tratamiento habitual con peróxido de benzoilo, el aceite de árbol de té mostró menos efectos adversos y fue mejor tolerado por los participantes, lo que lo convierte en una alternativa atractiva.
Otros aceites esenciales, como el de ajwain, eucalipto, cedro, canela, lavanda e incienso también mostraron potencial terapéutico, pero solo cuentan con estudios de casos. También se halla potencial en otras condiciones como la dermatitis del cuero cabelludo o la rosácea. Debido a que no existen estudios controlados con muchos de estos aceites, no pueden establecerse conclusiones firmes sobre gran parte de los mismos. No se documentan efectos adversos graves por lo general, aunque se reportaron irritaciones menores como ardor o enrojecimiento de la piel que desaparecieron a los pocos minutos de la aplicación.
La calidad metodológica de estos estudios con aceites esenciales presenta limitaciones significativas en términos de tamaño de muestra, duración, seguimiento y verificación de la composición. Es importante señalar que los aceites esenciales presentan composiciones heterogéneas, y su calidad varía significativamente entre los estudios. En muchos casos, se desconoce el método de producción, la pureza y la composición química exacta de los aceites utilizados, lo que puede influir en los resultados del tratamiento e influye en las conclusiones de los estudios.
En conclusión, esta revisión sugiere que los aceites esenciales, especialmente el aceite de árbol de té, son prometedores como tratamiento para condiciones inflamatorias de la piel, ofreciendo una alternativa con menos efectos adversos que algunos tratamientos convencionales. Sin embargo, la investigación con aceites esenciales es heterogénea y con limitaciones metodológicas para extraer conclusiones firmes sobre su eficacia y seguridad.
Los resultados indican que los aceites esenciales tienen un potencial terapéutico significativo para tratar condiciones inflamatorias de la piel como el acné, el eccema, la dermatitis, la psoriasis y la rosácea. En algunos casos, pueden ser tan efectivos o más que los tratamientos usuales. En estudios controlados con placebo, los aceites esenciales, como el aceite de kānuka y el de árbol de té, mostraron mejoras significativas en condiciones como el acné y el eccema en comparación con controles. Entre los aceites esenciales estudiados, el aceite de árbol de té fue el más investigado, y muestra ser efectivo en la reducción de lesiones de acné. Aunque no supera al tratamiento habitual con peróxido de benzoilo, el aceite de árbol de té mostró menos efectos adversos y fue mejor tolerado por los participantes, lo que lo convierte en una alternativa atractiva.
Otros aceites esenciales, como el de ajwain, eucalipto, cedro, canela, lavanda e incienso también mostraron potencial terapéutico, pero solo cuentan con estudios de casos. También se halla potencial en otras condiciones como la dermatitis del cuero cabelludo o la rosácea. Debido a que no existen estudios controlados con muchos de estos aceites, no pueden establecerse conclusiones firmes sobre gran parte de los mismos. No se documentan efectos adversos graves por lo general, aunque se reportaron irritaciones menores como ardor o enrojecimiento de la piel que desaparecieron a los pocos minutos de la aplicación.
La calidad metodológica de estos estudios con aceites esenciales presenta limitaciones significativas en términos de tamaño de muestra, duración, seguimiento y verificación de la composición. Es importante señalar que los aceites esenciales presentan composiciones heterogéneas, y su calidad varía significativamente entre los estudios. En muchos casos, se desconoce el método de producción, la pureza y la composición química exacta de los aceites utilizados, lo que puede influir en los resultados del tratamiento e influye en las conclusiones de los estudios.
En conclusión, esta revisión sugiere que los aceites esenciales, especialmente el aceite de árbol de té, son prometedores como tratamiento para condiciones inflamatorias de la piel, ofreciendo una alternativa con menos efectos adversos que algunos tratamientos convencionales. Sin embargo, la investigación con aceites esenciales es heterogénea y con limitaciones metodológicas para extraer conclusiones firmes sobre su eficacia y seguridad.
Dontje, A. E. W. K., et al (2024). The therapeutic potential of essential oils in managing inflammatory skin conditions: A scoping review. Pharmaceuticals, 17(5), 571. https://doi.org/10.3390/ph17050571
* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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