Cargando...

Marshall McLuhan. El medio es el masaje.

Herbert Marshall McLuhan (1911-1980) fue un filósofo considerado el padre de la teoría de los medios de comunicación, conocido por su concepto de aldea global, predecir internet, y el lema al que se refiere este libro "el medio es el mensaje". Comienza con una cita de Whitehead: los avances de la civilización destruyen a la sociedad que los produce.

Los medios son el entorno

El medio es el masaje (1967) decsribe como los entornos de los que nos rodeamos son procesos activos. Los medios eléctricos no solo comunican mensajes, son el medio ambiente de la persona, el ecosistema, la geografía del individuo. Antes de la imprenta, la consciencia de la persona era fundamentalmente el oído. "El mundo del oído es un mundo de relaciones simultáneas". A partir de la imprenta la consciencia toma una forma visual y cognitiva del mundo, de forma lineal, unidimensional, desde "la historia" pasada hasta "el "futuro". Con el mundo visual la persona tiene un punto de fuga, sale del entorno y entra en una abstracción perceptiva. Quienes tienen puesta su consciencia en los caracteres de la letra se olvidarán de sí mismos, decía Sócrates. Cuando las proporciones sensoriales del entorno cambian, las personas cambian.

El medio eléctrico supone un cambio de consciencia aún mayor. "La ciudad del futuro no será esa parcela gigantesca de inmuebles aglomerados", dice McLuhan, "será una megalópolis de información". Los medios no existen para entretener ni para "informar", sino que penetran con las "consecuencias personales, políticas, económicas, estéticas, psicológicas, morales, éticas y sociales que no dejan parte sin tocar, afectar o modificar."

Los medios son el sistema nervioso

Los entornos son procesos activos, no simplemente como emisores de mensajes o como ambiente externo, sino que los medios son en sí mismos una extensión sensorial del sistema nervioso, señales sensoriales prostéticas que amplían y reemplazan. Forman la consciencia no como contenido que se recibe, sino como proceso de formación. "La prolongación de un sentido cualquiera modifica la forma en la que pensamos y actuamos". Se ha creado "un lugar para todo", dice McLuhan, en el cual "ya no podemos irnos a casa". No es el contenido. Es el medio. No podemos escapar al mundo eléctrico. En nuestros días, la consciencia digital de usuario reemplaza ampliamente a la consciencia de persona en el mundo natural.

"El remolino mundial de información engendrado por los medios eléctricos (...) sobrepasa por mucho toda posible influencia que puedan ejercer mamá y papá".

La evidencia científica acumulada da la razón a McLuhan. Mamá y papá (y el profe) tienen menos efecto de lo que creen con su percepción educacionista, culturalista, pedagogista, visiones comunes que tienen en común una manifiesta incomprensión de las causas internas y externas de la conducta. McLuhan entiende bien que el medio es causa material. "El niño en la actualidad está creciendo absurdo, porque vive en dos mundos, y ninguno lo predispone a crecer". Vivimos en un mundo físico menguante, y un mundo digital que absorbe la consciencia simplemente excitando neuronas. El fin es el proceso, no el contenido. El contenido sirve al proceso y no al revés.

La positivización del cerebro

Con el entorno eléctrico, el sistema nervioso se desplaza "de la acción a la reacción". El ser humano se convierte en el instrumento. "Pase a mi sala de recepción, dijo la computadora al especialista". Básicamente, estamos en este momento que McLuhan adivinaba. "El público", en el sentido de puntos de vista independientes, "está acabado". Todos nos hemos convertido en mano de obra involuntaria, dice McLuhan.

"La técnica de la suspensión del juicio es el descubrimiento del S XX".

La persona está siendo absorbida como un rodillo por la máquina de consciencia, en el mundo del "todo a la vez". El mensaje, el contenido, progresivamente se procedimentaliza, se hace instrucción. Pero además, el carácter colectivo del medio electrónico sumerge a todas las personas "en un proceso ritual".

El individuo profesional acepta "sin crítica" de las reglas del entorno. Las personas son transformadas en profesiones, "el profesionalismo funde al individuo en patrones de entorno total". Transformado en pieza operativa de la máquina, el ser humano progresivamente se deshumaniza.

Vigilar y castigar

"Los dispositivos eléctricos de información para la vigilancia universal y tiránica, desde la concepción hasta la defunción, están provocando un dilema muy grave". Los "métodos nuevos de recuperación instantánea y eléctrica de información", "el almacenamiento computerizado de expedientes", y en definitiva "esa gran sección de chismes que no perdona ni olvida, de la que no podemos obtener redención".

"Son demasiadas las personas que saben demasiado sobre los demás". El panóptico de Foucault se convierte progresivamente en un mecanismo intrínseco de vigilancia y control, llegando en nuestros días a sus fases finales de estado (medio en McLuhan) totalitario. El suplicio que describe Foucault también se renueva con la aldea global de McLuhan. La condena es la exposición del desobediente a los demás. Llega antes que el juicio, el cual solo es ya una reminiscencia obsoleta, pese a su punitividad, hoy ya secundaria entre los mecanismos de disciplina, coacción y control social.

"Primero la sentencia y luego las pruebas" (Alicia en el país de las maravillas).

"El circuito eléctrico ha derrocado el régimen del tiempo y del espacio, y nos vierte de manera instantánea y continua las preocupaciones de los demás". Entiende McLuhan que las preocupaciones de una persona no son en realidad "suyas", sino que son discursos de los demás que la persona absorbe. Los políticos y las corporaciones que manejan el medio y el mensaje lo comprenden perfectamente. El "justiciero social" de internet que reverbera el mensaje que le sirven va más lento.

Comentarios finales

Los medios deben entenderse no simplemente como parte del entorno, sino sobre todo como prolongaciones sensoriales del sistema nervioso. La consciencia se modifica no ya como respuesta al entorno, sino como expansión del propio sistema nervioso en primer lugar. "Los entornos son invisibles. Sus reglas básicas, estructura penetrante y patrones generales eluden la percepción fácil". El poder no solo usa la racionalidad instrumental, como bien entendieron en la Escuela de Frankfurt. Lo racional, incluso lo racionalizante, es minoritario. Absorbido por el medio, el cerebro regresa a un estadio casi preoperacional del niño de las fases piagetianas. La masa verdaderamente se ha creído que lo que utiliza a diario en sus dispositivos electrónicos ha sido diseñado para entretenerles y divertirles. Tiene gracia.

"A todo el mundo. Todo el tiempo. En todas partes".

La propaganda no es tanto el contenido del mensaje, como el medio, el proceso de la propia comunicación. En términos psicológicos, no es el contenido semántico, sino los procesos de aprendizaje procedimental, condicionamiento y neuroadaptaciones de los mapas neurales sensoriales y eferentes. "Las guerras, las revoluciones, y los levantamientos civiles son interfaces en los nuevos entornos creados por los medios de información electrónicos". No hay nada que no normalicen las personas, sometidas al condicionamiento instrumental diario, hasta la censura directa del medio eléctrico con el eufemismo del "desinformador". Las personas normalizan la expansión del estado autoritario de forma predecible. La consciencia de la mayoría de las personas solo reverbera el medio, la máquina. Repita conmigo: de-sin-for-ma-ción.

"La guerra de la información se ha convertido en la guerra real, total". Marshall McLuhan.
CONTACTO
c/Madrid 18. Las Rozas de Madrid
        28231, Madrid.
  91 853 25 99 / 699 52 61 33
  699 52 61 33