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Respuestas afectivas en ejercicios de fuerza

Las respuestas afectivas del ejercicio son las sensaciones de placer y disgusto que se experimentan durante una serie de ejercicios.

Las primeras investigaciones en psicología del ejercicio midieron el afecto o las construcciones afectivas (ansiedad, estado de ánimo) antes y después del ejercicio aeróbico y concluyeron que "el ejercicio hace que las personas se sientan mejor”.

Si bien las investigaciones recientes han medido el afecto durante el ejercicio de fuerza, todos los experimentos anteriores lo han hecho después de completar el ejercicio y no durante una contracción muscular cargada.

Este experimento investigó la dinámica temporal del afecto durante el ejercicio de fuerza y comparó las respuestas afectivas con ejercicios de máquinas y los ejercicios de peso libre.

28 (75% mujeres) participantes completaron el estudio. La valencia afectiva se midió con la escala de sensación de 11 puntos que va de −5 ("muy malo") a +5 ("muy bueno").

Todas las sesiones de ejercicio comenzaron con un calentamiento de 10 minutos en una bicicleta reclinada sin resistencia. 

Los ejercicios con máquinas se realizaron en el siguiente orden: press de piernas, remo, press de pecho y flexión de piernas.

Los ejercicios de peso libre consistieron en: sentadilla con copa, remo, press de pecho y peso muerto de piernas rígidas.

Estos ejercicios se eligieron para apuntar a todos los grupos musculares principales y se eligió el orden de los ejercicios para alternar entre los ejercicios de empujar y tirar.

Los resultados arrojan que el ejercicio de fuerza proporciona mejoras en el afecto hasta 30 minutos después del pico máximo. En cuanto a los ejercicios de máquinas y peso libre, la respuesta afectiva positiva fue similar.

Se ha visto que los beneficios afectivos de los ejercicios de fuerza se han observado hasta 60 minutos después del entrenamiento; y según la investigación sobre los efectos ansiolíticos y cambiantes del estado de ánimo, los beneficios pueden extenderse hasta 180 minutos o más.

Por tanto, la valencia afectiva se vuelve más positiva durante y después del ejercicio de fuerza. Esta evidencia preliminar sugiere que puede producirse un rebote afectivo (respuesta afectiva positiva al interrumpir el ejercicio) después del cese del entrenamiento.

Por último, parece no haber diferencias en las respuestas afectivas de los ejercicios con máquina y con peso libre entre los levantadores novatos, aunque este hallazgo puede verse confundido por otros factores, como las diferencias en la selección del grupo muscular o la cantidad total de volumen realizado
* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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