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La microbiota podría tener un papel causal en el espectro autista

El trastorno del espectro autista se caracteriza por una desregulación en la interacción social y conductas repetitivas, aspectos que tienen un componente genético, pero que también están relacionados con factores ambientales que afectan al neurodesarrollo y la epigenética. El eje intestino-cerebro, y en particular la microbiota intestinal, ha emergido como un área de interés reciente que podría tener implicaciones para el desarrollo de los cambios que producen sintomatología del espectro autista.

Carmel y colaboradores (2023) llevaron a cabo un estudio para analizar la relación entre la composición de la microbiota intestinal y el trastorno del espectro autista. Para ello, secuenciaron muestras fecales de 96 personas diagnosticadas con este trastorno, con una edad promedio de 8 años y medio, incluyendo varones y mujeres reclutados a través del Biobanco y Registro de Autismo de Israel, un recurso de investigación que alberga muestras biológicas e información clínica de personas con autismo y sus familias.

La composición de la microbiota intestinal se comparó con un grupo control, encontrándose un aumento en la diversidad y un incremento significativo de bacterias del filo Bacteroidetes, especialmente del género Bacteroides. Este aumento no parecía estar relacionado con hábitos alimentarios. Esto implica que las personas con puntuaciones altas en el espectro autista podrían tener una microbiota diferente, y ser un factor causal en el desarrollo de este trastorno.

Para investigar el posible papel causal, se administró Bacteroides fragilis (sobreexpresado en las personas con autismo), a ratones recién nacidos, para evaluar posteriormente si existen cambios en la conducta de estos animales. Se llevaron a cabo diversas pruebas de comportamiento en diferentes etapas de desarrollo, como la exploración en campo abierto o la interacción social entre otras pruebas, evaluando la ansiedad, el comportamiento repetitivo y medidas de sociabilidad/novedad.

Los investigadores encontraron un aumento temporal en la colonización intestinal de B. fragilis, aunque este efecto no persistió en la edad adulta. Sin embargo, los ratones expuestos a B. fragilis en la infancia, especialmente los machos, exhibieron comportamientos repetitivos en la edad adulta y una menor preferencia por la novedad social respecto a los ratones control.

El estudio también reveló modificaciones en la expresión de genes asociados con la corteza cerebral y un aumento en la señalización excitatoria, previamente relacionada con el autismo. También se hallaron efectos sobre la permeabilidad intestinal, lo que supone una ruta entre la microbiota y el sistema nervioso. Aunque la colonización de B. fragilis fue temporal, sus efectos sobre la conducta parecen persistir incluso después de que la bacteria ya no está presente, lo que sugiere un efecto de programación neuronal durante el desarrollo temprano.
Referencias:
Carmel J et al. Bacteroides is increased in an autism cohort and induces autism-relevant behavioral changes in mice in a sex-dependent manner. NPJ Biofilms Microbiomes. 2023 Dec 18;9(1):103. doi: 10.1038/s41522-023-00469-2

* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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