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La rapamicina como agente antiaging: mejora la supervivencia frente a infecciones agudas

Ainhoa Pérez Escobedo
Ainhoa Pérez Escobedo
Psicóloga, Dietista. Máster Neurociencia ICNS
    Alfonso Bordallo
MPH, MSc.
Un metaanálisis en modelos animales muestra que la rapamicina mejora la supervivencia frente a múltiples infecciones, lo que podría tener implicaciones a nivel clínico en distintas patologías, además de en los procesos de inmunosenescencia y envejecimiento.

FISIOPATOLOGÍA Y MECANISMOS

El estudio del antiaging y del envejecimiento como proceso biológico lleva casi un siglo de desarrollo, desde los primeros experimentos en la década de 1930 que mostraron que la restricción calórica podía alargar la vida en algunos animales. A lo largo del tiempo se han investigado diversas estrategias, incluyendo la restricción alimentaria, y más recientemente la restricción específica de ciertos aminoácidos como la metionina o los BCAA, con efectos que impactan rutas metabólicas clave asociadas a la longevidad, la inflamación y la homeostasis celular. La rapamicina es un antibiótico macrólido con actividad antifúngica, derivado de Streptomyces hygroscopicus. Aunque es conocida sobre todo por su uso clínico como inmunosupresor en trasplantes de órganos, ha cobrado relevancia por su papel como inhibidor alostérico de mTOR, una quinasa central en el organismo que actúa como regulador maestro del crecimiento celular, la proliferación, la autofagia, el metabolismo y la homeostasis del organismo.

Distintos estudios en animales han mostrado que la rapamicina ejerce efectos anticancerígenos, inmunomodulares y antienvejecimiento. Uno de sus mecanismos clave de la rapamicina es la modulación de la respuesta inmune, central en el envejecimiento, donde se observa una disminución progresiva de la función inmunitaria conocida como inmunosenescencia. Este deterioro progresivo en la respuesta inmune favorece la aparición de infecciones, enfermedades autoinmunes y cáncer. Al atenuar la hiperactivación de mTOR, la rapamicina tiene la capacidad de modular la respuesta inmune, promoviendo la eliminación de células dañadas y senescentes, con un efecto potencial sobre las enfermedades sistémicas, la mortalidad y la longevidad. Estos efectos convierten a la rapamicina en una molécula de gran interés para la biogerontología. Adicionalmente, otros enfoques como la restricción calórica, que también inhibe la vía mTOR, han mostrado beneficios paralelos sobre la función inmunitaria y el envejecimiento, lo que refuerza la hipótesis de que mTOR actúa como un nodo central en los procesos de senescencia, inflamación y deterioro sistémico asociados al paso del tiempo.

ESTUDIO

Un meta-análisis (Phillips & Simons, 2023) ha comparado los efectos de la restricción calórica y la rapamicina sobre la supervivencia postinfección en modelos experimentales murinos. Se analizaron 23 estudios con más de 1.000 ratones, tratados con rapamicina o con restricción calórica. La mayoría de los estudios de restricción aplicaron una reducción del 40 % de la ingesta alimentaria frente a alimentación ad libitum, iniciada antes de la exposición al patógeno. En el caso de la rapamicina, los protocolos fueron más diversos en las dosis y formas de administración (única o prolongada), y con variabilidad en el momento de administración respecto a la infección. Las infecciones experimentales incluyeron virus como la influenza o la rabia, distintas bacterias como Salmonella, además de diversos parásitos, y hongos aplicadas por vía intranasal, inyectada o inhalada.

RESULTADOS PRINCIPALES

Los resultados combinados mostraron que la rapamicina redujo a la mitad aproximadamente el riesgo de muerte tras la infección, con un efecto robusto a pesar de la heterogeneidad en los protocolos, patógenos y genotipo. En contraste, la restricción calórica muestra un aumento del riesgo de muerte postinfección. Aunque este efecto fue estadísticamente significativo, su interpretación está limitada por la dependencia estadística derivada del uso de controles compartidos, el número reducido de estudios, y la alta dispersión de los efectos en los estudios a nivel individual, lo que sugiere que los efectos podrían depender del tipo de infección y del sexo.

CONCLUSIÓN Y RELEVANCIA CLÍNICA

En conjunto, este meta-análisis señala que la rapamicina mejora la resistencia frente a infecciones agudas. Los mecanismos propuestos incluyen una respuesta inmune más equilibrada, mayor proporción de células T reguladoras, menor producción de citocinas proinflamatorias, mejor memoria inmunológica y una funcionalidad de células madre hematopoyéticas preservadas. Entre las principales limitaciones figuran la heterogeneidad en los protocolos, el predominio de ratones hembra y la escasez de datos sobre infecciones secundarias. Futuros estudios deberán abordar estos aspectos y, especialmente, explorar la aplicabilidad en humanos, donde la inmunosenescencia incrementa la vulnerabilidad ante infecciones y otras patologías. La posibilidad de que un tratamiento breve o a baja dosis con rapamicina mejore la inmunocompetencia en personas mayores representa un escenario clínico de alto interés y aplicabilidad, pudiendo potenciar la respuesta inmune como cointervención en distintos contextos clínicos. La modulación de mTOR y el uso de rapamicina y análogos debe ser investigado en humanos para evaluar su eficacia y seguridad, estando en marcha estudios en humanos con cáncer, infecciones respiratorias, etc.
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Referencias:
Phillips, E. J., & Simons, M. J. P. (2023). Rapamycin not dietary restriction improves resilience against pathogens: a meta-analysis. GeroScience, 45, 1263–1270. https://doi.org/10.1007/s11357-022-00691-4

* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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