Neurociencia y Psicología
Psicodélicos para el tratamiento de la depresión

Los psicodélicos como el LSD, la psilocibina, o la ayahuasca fueron usados por psiquiatras y psicólogos como terapia asistida en la decada de 1950, aunque posteriormente estas sustancias se prohibieron incluso para su investigación, de manera controvertida. La psilocibina y el LSD son agonistas del receptor 5-HT2A serotoninérgico, y pueden inducir neuroplasticidad aumentando la expresión de factores neurotróficos como BDNF. Algunos estudios preliminares han arrojado efectos grandes incluso en depresiones refractarias a la psicofarmacología usual. Sin embargo, la evidencia es hasta el momento preliminar.
Una revisión sistemática y meta-análisis (Hsu et al., 2024) ha evaluado la efectividad comparativa y aceptabilidad de la monoterapia oral con psicodélicos en adultos con síntomas depresivos. Se analizaron 15 ensayos clínicos sobre psicodélicos y 5 sobre un antidepresivo común (escitalopram) como comparador, obteniendo datos de casi 3.000 participantes. Se evaluaron diferentes dosis de psilocibina (altas, bajas y extremadamente bajas), además de evaluar estudios realizados con MDMA, LSD y ayahuasca. Los controles recibieron placebo en forma de comprimidos inertes o dosis extremadamente bajas de psicodélicos. Además se evaluaron y compararon los ensayos clínicos con escitalopram (10 mg y 20 mg diarios). El principal criterio de evaluación fue la variación en la puntuación de la Escala de Depresión de Hamilton. Uno de los objetivos particulares de esta revisión sistemática es exponer el efecto de la rotura de cegamiento, ampliamente conocido en los estudios de psicofármacos, y que sobreestiman la eficacia de los fármacos, en particular los psicofármacos como antidepresivos. La capacidad de las personas de detectar si están en un grupo de intervención o placebo modifica las expectativas de recuperación de forma positiva (intervención) y negativa (placebo). El efecto de la rotura de cegamiento es aún mayor en los estudios con psicodélicos dado el reconocible efecto psicotrópico experimentado. La revisión sistemática ha buscado comparar la eficacia de las intervenciones con el efecto de diferentes controles para estimar la consistencia del efecto.
Los resultados comparados muestran que la psilocibina en dosis altas (≥20 mg) produce un efecto significativo sobre la reducción de síntomas depresivos comparado con los distintos grupos placebo, siendo también superior a la intervención farmacológica con escitalopram. La ayahuasca por su parte muestra un efecto amplio, aunque el número de estudios es insuficiente y no permite una estimación precisa del efecto. El MDMA presenta un efecto residual sobre placebo, siendo mayor con el LSD, el cual supera a escitalopram (SMD 0.2). Las dosis bajas y extremadamente bajas de psilocibina no mostraron diferencias significativas en las diversas comparaciones respecto a grupos placebo o el escitalopram. No se identificaron diferencias significativas en la tasa de discontinuación ni en la frecuencia de eventos adversos graves entre los tratamientos evaluados y el placebo. El efecto de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina como el escitalopram respecto a placebo es muy pequeño, algo ampliamente documentado.
En conclusión, este meta-análisis sugiere que la psilocibina en dosis altas es efectiva para reducir los síntomas depresivos, pudiendo ser más efectiva que la farmacología usual. Las principales limitaciones de esta revisión incluyen la heterogeneidad en las poblaciones evaluadas, dosis y protocolos de administración, así como la falta de estudios comparativos directos entre psicodélicos y antidepresivos. El papel del apoyo psicoterapéutico en los ensayos con psilocibina dificulta diferenciar los efectos farmacológicos específicos del impacto de la terapia psicológica. Otra ventaja importante radica en que, a diferencia de los fármacos comunes, esta terapia puede ser administrada en una o pocas sesiones. No obstante, el principal interés es su efecto potencial en casos crónicos en los que los tratamientos convencionales fallan. Entre los mecanismos terapéuticos de interés, los psicodélicos pueden ayudar a generar una interrupción de los procesos cognitivos redundantes relacionados con la red por defecto, generando neuroplasticidad en un contexto terapéutico de facilitación. No obstante, la investigación sigue siendo limitada, por lo que futuros estudios controlados deben establecer mejor tanto el tamaño del efecto en los distintos tipos de depresión, como los efectos a medio y largo plazo.
Una revisión sistemática y meta-análisis (Hsu et al., 2024) ha evaluado la efectividad comparativa y aceptabilidad de la monoterapia oral con psicodélicos en adultos con síntomas depresivos. Se analizaron 15 ensayos clínicos sobre psicodélicos y 5 sobre un antidepresivo común (escitalopram) como comparador, obteniendo datos de casi 3.000 participantes. Se evaluaron diferentes dosis de psilocibina (altas, bajas y extremadamente bajas), además de evaluar estudios realizados con MDMA, LSD y ayahuasca. Los controles recibieron placebo en forma de comprimidos inertes o dosis extremadamente bajas de psicodélicos. Además se evaluaron y compararon los ensayos clínicos con escitalopram (10 mg y 20 mg diarios). El principal criterio de evaluación fue la variación en la puntuación de la Escala de Depresión de Hamilton. Uno de los objetivos particulares de esta revisión sistemática es exponer el efecto de la rotura de cegamiento, ampliamente conocido en los estudios de psicofármacos, y que sobreestiman la eficacia de los fármacos, en particular los psicofármacos como antidepresivos. La capacidad de las personas de detectar si están en un grupo de intervención o placebo modifica las expectativas de recuperación de forma positiva (intervención) y negativa (placebo). El efecto de la rotura de cegamiento es aún mayor en los estudios con psicodélicos dado el reconocible efecto psicotrópico experimentado. La revisión sistemática ha buscado comparar la eficacia de las intervenciones con el efecto de diferentes controles para estimar la consistencia del efecto.
Los resultados comparados muestran que la psilocibina en dosis altas (≥20 mg) produce un efecto significativo sobre la reducción de síntomas depresivos comparado con los distintos grupos placebo, siendo también superior a la intervención farmacológica con escitalopram. La ayahuasca por su parte muestra un efecto amplio, aunque el número de estudios es insuficiente y no permite una estimación precisa del efecto. El MDMA presenta un efecto residual sobre placebo, siendo mayor con el LSD, el cual supera a escitalopram (SMD 0.2). Las dosis bajas y extremadamente bajas de psilocibina no mostraron diferencias significativas en las diversas comparaciones respecto a grupos placebo o el escitalopram. No se identificaron diferencias significativas en la tasa de discontinuación ni en la frecuencia de eventos adversos graves entre los tratamientos evaluados y el placebo. El efecto de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina como el escitalopram respecto a placebo es muy pequeño, algo ampliamente documentado.
En conclusión, este meta-análisis sugiere que la psilocibina en dosis altas es efectiva para reducir los síntomas depresivos, pudiendo ser más efectiva que la farmacología usual. Las principales limitaciones de esta revisión incluyen la heterogeneidad en las poblaciones evaluadas, dosis y protocolos de administración, así como la falta de estudios comparativos directos entre psicodélicos y antidepresivos. El papel del apoyo psicoterapéutico en los ensayos con psilocibina dificulta diferenciar los efectos farmacológicos específicos del impacto de la terapia psicológica. Otra ventaja importante radica en que, a diferencia de los fármacos comunes, esta terapia puede ser administrada en una o pocas sesiones. No obstante, el principal interés es su efecto potencial en casos crónicos en los que los tratamientos convencionales fallan. Entre los mecanismos terapéuticos de interés, los psicodélicos pueden ayudar a generar una interrupción de los procesos cognitivos redundantes relacionados con la red por defecto, generando neuroplasticidad en un contexto terapéutico de facilitación. No obstante, la investigación sigue siendo limitada, por lo que futuros estudios controlados deben establecer mejor tanto el tamaño del efecto en los distintos tipos de depresión, como los efectos a medio y largo plazo.
Hsu, T.-W et al, 2024. Comparative oral monotherapy of psilocybin, lysergic acid diethylamide, 3,4-methylenedioxymethamphetamine, ayahuasca, and escitalopram for depressive symptoms: systematic review and Bayesian network meta-analysis. BMJ, 386, e078607. https://doi.org/10.1136/bmj-2023-078607
* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.