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Explicación evolutiva de la creatividad y el humor

El humor y la creatividad ocupan un lugar destacado entre las habilidades humanas donde podemos indagar en el surgimiento de estas habilidades dentro del contexto evolutivo.

Ambas están relacionadas, la producción de humor es la capacidad para generar un comentario verbal o comportamiento que otras personas encuentran divertido, ingenioso o humorístico.

Tanto la creatividad como el humor implican la generación de producciones novedosas y potencialmente valoradas, que requieren de un juicio de calidad por parte de otros para su éxito. Para ello se aprovechan de procesos como el pensamiento divergente, incongruencia, perspicacia y sorpresa.

Muestran diferencias individuales pronunciadas y son, generalmente, consideradas como características personales deseables.

El humor puede ser examinado en términos de apreciación (encontrar algo gracioso), comprensión (entender la base de una instancia de humor), producción (poder generar algo que otros encuentran gracioso), y el estilo de humor (como el de afiliación, autoestima, mejora, agresivo y contraproducente).

Los investigadores de creatividad a menudo hablan de las cuatro (o seis) P (en inglés) de creatividad: proceso, producto, personalidad, lugar (place), persuasión y potencial.

¿Podemos encontrar base biológica en el humor?

Los miembros de nuestra especie tienen la capacidad de responder al humor mediante la risa o sonriendo, que son universalmente reconocidos como señales positivas de expresión emocional, incluso entre individuos sordos y ciegos congénitos. Son señales que aparecen a temprana edad, cuando somos bebés. Para soportar que una habilidad humana sea considerada como rasgo evolutivo, debería apoyarse en el valor de esta como adaptativo.

Las adaptaciones evolutivas son aspectos de la morfología de un organismo o comportamiento que aumenta su condición física con respecto al medio ambiente, que aumenta la probabilidad de que ese organismo sobreviva y se reproduzca. 

En este sentido, el valor bruto de supervivencia de ser bueno en producir humor no es inmediatamente aparente. Quizás la capacidad de producir, apreciar y comprender; donde se involucra: la aparición del lenguaje, la teoría de la mente, o la cognición social.

Es difícil evaluar si una capacidad particular es una verdadera adaptación o un subproducto.

Para hacer de la selección natural el mecanismo que sustenta la creatividad humana o el humor, uno debe mostrar un valor adaptativo directo asociado con esa capacidad que mejora las probabilidades de supervivencia y reproducción. 

Darwin reconoció que la selección natural no es el único rasgo que explica la evolución, también lo hace la selección sexual.

El estar constantemente haciendo comentarios ingeniosos espontáneos en una conversación requiere inteligencia, habilidades verbales y la capacidad de crear combinan símbolos lingüísticos, así como una capacidad para medir con precisión la receptividad de la audiencia en cuestión.

La selección sexual, en el ámbito de lo humano, favorece la elección de parejas románticas con habilidades cognitivas tales como inteligencia fluida, creatividad, humor, musicalidad y el arte.

Tales facultades sirven como indicadores de aptitud genética ya que un tercio de los genes se expresan en el cerebro.

Los juegos de humor ofrecen un indicador confiable de la calidad de esos genes.

Para que los rasgos permanezcan sexualmente atractivos a lo largo de muchas generaciones, deben ser indicadores confiables de la aptitud reproductiva. Varias líneas de evidencia apoyan la relevancia de la selección sexual para facultades como la inteligencia y la creatividad. Por ejemplo, lo hombres inteligentes son considerados más atractivos y tienen más sexo.

En las mujeres, la creatividad eran evidente sólo cuando se preparan para un romance a largo plazo con una pareja confiable y comprometida.
Las mujeres valoran el humor y la capacidad de producir humor de una posible pareja masculina, mientras que los hombres valoran la receptividad de la pareja femenina al humor (que ellas sonrían o se reían).

En estudios experimentales se vio que las mujeres que se encontraban en relaciones sexuales estables, la capacidad de producir humor de su pareja masculina actual predijo significativamente su satisfacción general de relación, deseo de continuar a largo plazo la relación y un futuro con probabilidad de tener hijos juntos.

Sin embargo, en el contexto del cortejo, los pretendientes masculinos humorísticos son considerados menos inteligentes.

El uso del humor indica que existe previamente la compatibilidad mutua de la posible pareja romántica, ya que es necesario del conocimiento común compartido, valores, preferencias y objetivos. Esto apoya la idea del éxito de este rasgo como compatibilidad y que favorece la durabilidad de la pareja. El humor es visto como un rasgo de calidez y prosociabilidad, que tiene un valor de bien social en contexto de relaciones interpersonales a largo plazo.

Tanto hombres como mujeres responden al humor cuando ya existe una atracción inicial.

Las mujeres ven más atractivo el humor cuando se encuentran dentro de su período fértil. Los rasgos anteriores describen a un posible padre cariñoso aquellos hombres capaces de producir humor positivo. Se ha visto que el humor positivo (no violento y despectivo) es un elemento que cohesiona en el grupo y ayuda a aliviar tensiones.

Tanto el humor como la creatividad entran dentro de las capacidades mentales humanas, donde la selección sexual las integra con la llamada hipótesis del cerebro social, planteando la interacción social en lugar de las facetas ecológicas.

* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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