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Los edulcorantes artificiales alteran la microbiota más que los naturales.

Los edulcorantes artificiales alteran la microbiota más que los naturales.
Ainhoa Pérez
Ainhoa Pérez
Psicóloga, Dietista. Máster Neurociencia ICNS
    Alfonso Bordallo
MPH, MSc.
Un nuevo estudio publicado en Frontiers in Microbiology analiza cómo distintos edulcorantes, tanto naturales como artificiales, afectan la microbiota intestinal. Los resultados muestran que los edulcorantes artificiales como la sucralosa pueden alterar más negativamente la diversidad microbiana que opciones naturales como la stevia o el xilitol.

FISIOPATOLOGÍA Y MECANISMOS

El uso de distintos edulcorantes ha crecido de manera considerable como alternativa al azúcar. Estos compuestos se caracterizan generalmente por tener un valor calórico muy bajo, sumado a una alta cualidad endulzante. Podemos encontrar tanto edulcorantes artificiales como acesulfamo K, sacarina, sucralosa, etc, y también edulcorantes naturales como rebaudiósido A (glucósido de steviol extraído de la hoja de stevia), xilitol, etc. Aunque estos edulcorantes tienen un número de calorías residual, y generalmente no son metabolizados por el organismo, esto no implica que carezcan de efectos metabólicos. Diversos estudios han señalado que ciertos edulcorantes podrían inducir alteraciones en la diversidad de la microbiota (disbiosis), promoviendo la expansión de taxones potencialmente patógenos y reduciendo la resiliencia del ecosistema intestinal. Esto se podría traducir en consecuencias que promuevan patologías metabólicas.

ESTUDIO

Un estudio experimental reciente (Kidangathazhe et al., 2025) evaluó el impacto de cinco edulcorantes (sucralosa, acesulfamo K, rebaudiósido A, xilitol y sacarina) sobre la diversidad y estructura del microbioma intestinal humano utilizando biorreactores inoculados con muestras fecales de donantes sanos. Los biorreactores, son mantenidos en condiciones anaerobias y a 37°C para replicar el ambiente natural del intestino, alimentándose con un medio enriquecido que favorecía el crecimiento de una amplia variedad de bacterias intestinales. Se prepararon grupos de control (sin edulcorantes) y grupos tratados, en los que se añadía uno de los edulcorantes seleccionados disuelto en el medio. El experimento incluyó dos semanas de tratamiento y un periodo de seguimiento sin edulcorantes para observar la recuperación de la microbiota.

RESULTADOS

Los resultados mostraron que los edulcorantes generaron alteraciones específicas en la diversidad y composición del microbioma. La sucralosa y la sacarina redujeron la diversidad bacteriana, con una disminución más marcada para la sucralosa. Por el contrario, acesulfamo K, rebaudiósido A y xilitol mantuvieron la diversidad o la incrementaron, siendo el efecto más pronunciado con acesulfamo K, aunque a su vez provocó una desestructuración de la comunidad bacteriana, generando módulos menos conectados y aumentando la formación de "islas", lo que puede indicar más inestabilidad. Tras la retirada de los edulcorantes, la mayoría de las comunidades recuperaron su composición, salvo el grupo tratado con acesulfame K, en el que persistieron alteraciones estructurales. La sucralosa favoreció el enriquecimiento de Enterobacteriaceae, grupo potencialmente patógeno, mientras que los edulcorantes naturales aumentaron la abundancia de familias como Lachnospiraceae y Ruminococcaceae, vinculadas a la producción de ácidos grasos de cadena corta y la salud intestinal. Pediococcus desapareció con todos los tratamientos excepto con la sucralosa.

CONCLUSIÓN Y RELEVANCIA CLÍNICA

En conjunto, los datos sugieren que los edulcorantes naturales, como rebaudiósido A y xilitol, son menos disruptivos para la diversidad y la estructura del microbioma que los sintéticos. Estos hallazgos coinciden con la literatura que asocia el consumo prolongado de edulcorantes artificiales con disbiosis y un mayor riesgo de alteraciones metabólicas e inmunológicas. Dado que estos compuestos alcanzan el colon sin digerirse, su efecto sobre la microbiota depende de su estructura química. Por ejemplo, la sucralosa, por contener cloro, puede ejercer efectos bactericidas directos. Además de los cambios en la abundancia de taxones concretos, los edulcorantes pueden modificar la arquitectura y la resiliencia de la comunidad, afectando la producción de metabolitos clave como los ácidos grasos de cadena corta, fundamentales para la salud epitelial y la homeostasis inmune.

Alteraciones mantenidas en la diversidad y la estructura microbiana pueden derivar en un ambiente proinflamatorio, mayor permeabilidad intestinal y traslocación de endotoxinas, lo que se relaciona con un mayor riesgo de problemas metabólicos como resistencia a la insulina y pobre regulación de la glucosa, sobrepeso, etc. Entre las limitaciones del estudio, destacan la naturaleza ex-vivo, el bajo número de donantes y la duración limitada de la intervención, factores que restringen la generalización de los resultados y la evaluación del impacto sostenido de estos compuestos. Estos resultados sugieren que, en general, podría ser mejor optar por edulcorantes naturales. No obstante, se requieren estudios de intervención a largo plazo que confirmen estos efectos y su impacto clínico. Futuros trabajos deberán incluir muestras más amplias, exposiciones prolongadas, análisis in vivo y estudios funcionales de los cambios observados en la microbiota.
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Referencias:
Kidangathazhe, A et al, 2025. Synthetic vs. non-synthetic sweeteners: their differential effects on gut microbiome diversity and function. Frontiers in Microbiology, 16, 1531131. https://doi.org/10.3389/fmicb.2025.1531131

* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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