Nutrición
Las dietas antiinflamatorias disminuyen la tensión arterial y marcadores de riesgo cardiometabólico

Una revisión sistemática y meta-análisis reciente ha analizado el impacto de diversas dietas antiinflamatorias sobre la tensión arterial y otros marcadores cardiometabólicos, mostrando efectos positivos.
Entre las limitaciones se encuentran la heterogeneidad de las intervenciones, las características basales de los participantes y la ausencia de una evaluación cuantitativa estandarizada del índice inflamatorio dietético en varios estudios, lo que dificulta la comparabilidad entre resultados. Además, pocos ensayos midieron proteína C reactiva. Persisten riesgos de sesgo relacionados con el cegamiento y la asignación aleatoria típicos en este tipo de estudios, además de las limitaciones realizadas con el reporte del análisis por intención de tratar. Se requieren ensayos más amplios y homogéneos que permitan identificar subgrupos de mayor beneficio y adaptar las recomendaciones dietéticas a distintos contextos culturales. No obstante, es visible en la clínica que la nutrición bien orientada produce cambios objetivables en la tensión arterial y otros marcadores metabólicos. Simplemente el hecho de reducir alimentos ultraprocesados y azúcares, aumentando el consumo de vegetales frescos y algunas grasas como aceite de oliva virgen extra, ya es antiinflamatorio, sin que el nombre formal del patrón dietético tenga mayor relevancia. Si no hay una respuesta inicial significativa, el manejo dietético puede pautarse de manera más específica a nivel de nutrición clínica, actuando sobre las vías subyacentes que producen una pobre salud metabólica, en lugar de dirigirse a los síntomas o marcadores.
FISIOPATOLOGÍA Y MECANISMOS
Una pobre salud metabólica está en la base fisiopatológica de múltiples enfermedades crónicas. La inflamación está implicada en los procesos comunes de las enfermedades cardiovasculares, incluyendo la aterosclerosis, la disfunción endotelial y los eventos trombóticos. La alimentación puede producir un efecto proinflamatorio o antiinflamatorio, y el Índice de Inflamación Dietética permite clasificar los patrones alimentarios según su potencial sobre la inflamación. La dieta mediterránea, DASH, nórdica, vegetariana y cetogénica son algunos de los enfoques con perfil antiinflamatorio más estudiados, compartiendo un bajo contenido en alimentos ultraprocesados y acúzares, así como un alto volumen de frutas, vegetales, cereales integrales, legumbres, pescado, frutos secos y especias. Estos patrones de alimentación han mostrado un impacto positivo sobre distintos factores cardiometabólicos, mediante efectos potenciales producidos por la inhibición de la vía NF-κB y la reducción de citoquinas proinflamatorias como TNF-α e IL-6, el aumento de óxido nítrico endotelial y la modulación del estrés oxidativo. Asimismo, la ingesta de polifenoles, fibra fermentable y algunos ácidos grasos promueven la síntesis de mediadores antiinflamatorios, mejoran la sensibilidad a la insulina y regulan el eje intestino-microbiota-inmunidad.ESTUDIO
Una revisión sistemática con meta-análisis (Jiang et al., 2025) ha evaluado el impacto de estos patrones sobre distintos factores de riesgo cardiovascular.- Tipo de estudio: meta-análisis de 18 ensayos clínicos aleatorizados.
- Población: más de 2500 participantes sanos y con diversas patologías (diabetes, hígado graso, enfermedad cardiovascular, etc), provenientes de Europa, Asia, Norteamérica y Oceanía.
- Intervención: las intervenciones dietéticas consistieron en patrones antiinflamatorios como la dieta mediterránea, DASH, vegetariana, cetogénica, atlántica y tradicional coreana
- Duración: entre 3 meses y 5 años, según el estudio.
- Comparadores: dietas convencionales u otras pautas específicas.
- Medidas evaluadas: Se evaluaron presión arterial sistólica y diastólica, perfil lipídico y proteína C reactiva ultrasensible como marcador inflamatorio, realizando distintos análisis por subgrupos.
RESULTADOS PRINCIPALES
Las dietas antiinflamatorias redujeron de forma significativa la presión arterial sistólica (−3.99 mmHg) y diastólica (−1.81 mmHg) en comparación con las dietas control. El análisis de subgrupos muestra una reducción de la presión arterial sistólica de personas con patologías bastante mayor. También se observó una disminución en los niveles de colesterol total, LDL y de proteína C reactiva ultrasensible, aunque este último hallazgo estuvo condicionado por un único estudio con alto peso estadístico. Otros aspectos como triglicéridos o HDL no muestran significación.CONCLUSIÓN Y RELEVANCIA CLÍNICA
En conjunto, los hallazgos refuerzan la utilidad de los patrones dietéticos antiinflamatorios para reducir la presión arterial y marcadores relacionados con el riesgo cardiometabólico y la mortalidad por distintas causas. Los resultados coinciden con investigaciones previas que vinculan el índice inflamatorio dietético con parámetros cardiovasculares. Los resultados se muestran consistentes tras excluir algunos de los estudios responsables de la alta heterogeneidad. Los resultados de los ensayos clínicos evaluados en el RoB con menor riesgo de sesgo se mantienen consistentes. Los autores resaltan la baja adherencia a dietas antiinflamatorias tradicionales fuera del ámbito mediterráneo y nórdico, atribuida a barreras culturales y diferencias en las prácticas alimentarias locales.Entre las limitaciones se encuentran la heterogeneidad de las intervenciones, las características basales de los participantes y la ausencia de una evaluación cuantitativa estandarizada del índice inflamatorio dietético en varios estudios, lo que dificulta la comparabilidad entre resultados. Además, pocos ensayos midieron proteína C reactiva. Persisten riesgos de sesgo relacionados con el cegamiento y la asignación aleatoria típicos en este tipo de estudios, además de las limitaciones realizadas con el reporte del análisis por intención de tratar. Se requieren ensayos más amplios y homogéneos que permitan identificar subgrupos de mayor beneficio y adaptar las recomendaciones dietéticas a distintos contextos culturales. No obstante, es visible en la clínica que la nutrición bien orientada produce cambios objetivables en la tensión arterial y otros marcadores metabólicos. Simplemente el hecho de reducir alimentos ultraprocesados y azúcares, aumentando el consumo de vegetales frescos y algunas grasas como aceite de oliva virgen extra, ya es antiinflamatorio, sin que el nombre formal del patrón dietético tenga mayor relevancia. Si no hay una respuesta inicial significativa, el manejo dietético puede pautarse de manera más específica a nivel de nutrición clínica, actuando sobre las vías subyacentes que producen una pobre salud metabólica, en lugar de dirigirse a los síntomas o marcadores.
#hipertensión #tensiónarterial #colesterol #dietaantiinflamatoria #dietamediterránea #DASH #dietavegetariana #dietacetogénica #dietaatlántica #dietadash
Referencias:
Jiang, R et al, 2025. Impact of anti-inflammatory diets on cardiovascular disease risk factors: a systematic review and meta-analysis. Frontiers in Nutrition, 12, 1549831. https://doi.org/10.3389/fnut.2025.1549831
* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.