Medicina
La dieta FMD que imita el ayuno puede mejorar la enfermedad renal crónica

La enfermedad renal crónica representa una de las principales causas de morbimortalidad a nivel global, afectando la capacidad de los riñones para filtrar los desechos de la sangre y deteriorando progresivamente la salud de millones de personas. La pérdida de podocitos, células esenciales de la barrera glomerular, desempeña un papel clave en su progresión. Ante las limitaciones de los tratamientos actuales, la restricción calórica y el ayuno tienen efectos antiinflamatorios y pueden producir regeneración celular mediante mecanismos como un aumento de la autofagia. Las dietas que imitan el ayuno o fasting mimicking diet (FMD) pueden producir muchos de los efectos beneficiosos del ayuno sin necesidad de ayunar completamente, realizando días periódicos de ingesta calórica restringida.
Un ensayo clínico (Villani et al., 2024) evaluó el impacto de un protocolo FMD de dieta que imita el ayuno durante tres meses en trece pacientes con enfermedad renal crónica en estadio 3. Con un diseño secuencial retrasado, siete participantes realizaron tres ciclos mensuales de una dieta FMD, y otras seis formaron el grupo control. Tras completar la intervención, los participantes que formaron el grupo de control realizaron posteriormente el protocolo FMD. La dieta consistió en un producto comercial patentado que incluye alimentos formulados específicamente para inducir los efectos del ayuno, como sopas vegetales, barritas energéticas, snacks, bebidas y suplementos diseñados para aportar micronutrientes esenciales y ácidos grasos mientras se mantiene una restricción calórica y proteica. Este producto dietético se administró durante cinco días al mes, incluyendo 1.090 kcal el primer día, y 725 kcal los días restantes. Los parámetros evaluados incluyeron proteinuria, función renal y endotelial, así como marcadores inflamatorios y metabólicos.
Los hallazgos mostraron que la dieta FMD que imita el ayuno produjo un efecto de protección sobre los riñones, estimulando la regeneración celular, y mejorando la función renal. Se observó un aumento en células progenitoras circulantes, una mejora en la filtración glomerular, una reducción de la proteinuria y un descenso en marcadores inflamatorios y vasculares. No se detectaron cambios significativos en la creatinina sérica. También se registraron mejoras metabólicas, incluyendo la sensibilidad a la insulina. La adherencia al protocolo fue alta y no se reportaron efectos adversos graves. En un seguimiento después de un año, se hallaron todavía niveles de albuminuria por debajo de los niveles basales antes de la intervención.
Paralelamente se realizó un estudio preclínico en ratas con daño renal inducido, a las que se realizaron seis ciclos de dieta FMD que imita el ayuno, y una variante de FMD ajustada en sodio, potasio y fósforo. Cada ciclo alternaba cuatro días de dieta con una semana de alimentación normal. Se incluyó un grupo control que siguió una dista estándar, un grupo ad libitum y un grupo de ratas sanas sin daño renal. En este estudio paralelo, se encontró que la FMD estabilizó los podocitos en un estado quiescente, previniendo su pérdida, y promovió la reprogramación celular hacia un perfil regenerativo. También redujo marcadores de daño renal como la relación albúmina-creatinina y los niveles de urea, preservando la estructura glomerular y restaurando la funcionalidad del tejido renal.
En conclusión, este estudio muestra que las dietas que imitan el ayuno tienen potencial terapéutico en el tratamiento de la enfermedad renal crónica. Algunos mecanismos pueden incluir la reducción de la inflamación sistémica y del estrés oxidativo, además de activar vías regenerativas que contribuyen a la reparación renal, mediante la estabilización del ciclo celular de los podocitos, y la regeneración tisular. A pesar de los hallazgos prometedores, el estudio tiene limitaciones, como el reducido tamaño de la muestra clínica, el seguimiento limitado, o la falta de evaluación de la FMD ajustada baja en sodio en humanos. Adicionalmente, una dieta FMD no tiene por que realizarse con productos dietéticos protocolizados necesariamente. Estudios futuros con muestras más amplias y seguimientos a largo plazo para recoger datos sobre complicaciones clínicas y mortalidad son aún esenciales para confirmar su efectividad.
Un ensayo clínico (Villani et al., 2024) evaluó el impacto de un protocolo FMD de dieta que imita el ayuno durante tres meses en trece pacientes con enfermedad renal crónica en estadio 3. Con un diseño secuencial retrasado, siete participantes realizaron tres ciclos mensuales de una dieta FMD, y otras seis formaron el grupo control. Tras completar la intervención, los participantes que formaron el grupo de control realizaron posteriormente el protocolo FMD. La dieta consistió en un producto comercial patentado que incluye alimentos formulados específicamente para inducir los efectos del ayuno, como sopas vegetales, barritas energéticas, snacks, bebidas y suplementos diseñados para aportar micronutrientes esenciales y ácidos grasos mientras se mantiene una restricción calórica y proteica. Este producto dietético se administró durante cinco días al mes, incluyendo 1.090 kcal el primer día, y 725 kcal los días restantes. Los parámetros evaluados incluyeron proteinuria, función renal y endotelial, así como marcadores inflamatorios y metabólicos.
Los hallazgos mostraron que la dieta FMD que imita el ayuno produjo un efecto de protección sobre los riñones, estimulando la regeneración celular, y mejorando la función renal. Se observó un aumento en células progenitoras circulantes, una mejora en la filtración glomerular, una reducción de la proteinuria y un descenso en marcadores inflamatorios y vasculares. No se detectaron cambios significativos en la creatinina sérica. También se registraron mejoras metabólicas, incluyendo la sensibilidad a la insulina. La adherencia al protocolo fue alta y no se reportaron efectos adversos graves. En un seguimiento después de un año, se hallaron todavía niveles de albuminuria por debajo de los niveles basales antes de la intervención.
Paralelamente se realizó un estudio preclínico en ratas con daño renal inducido, a las que se realizaron seis ciclos de dieta FMD que imita el ayuno, y una variante de FMD ajustada en sodio, potasio y fósforo. Cada ciclo alternaba cuatro días de dieta con una semana de alimentación normal. Se incluyó un grupo control que siguió una dista estándar, un grupo ad libitum y un grupo de ratas sanas sin daño renal. En este estudio paralelo, se encontró que la FMD estabilizó los podocitos en un estado quiescente, previniendo su pérdida, y promovió la reprogramación celular hacia un perfil regenerativo. También redujo marcadores de daño renal como la relación albúmina-creatinina y los niveles de urea, preservando la estructura glomerular y restaurando la funcionalidad del tejido renal.
En conclusión, este estudio muestra que las dietas que imitan el ayuno tienen potencial terapéutico en el tratamiento de la enfermedad renal crónica. Algunos mecanismos pueden incluir la reducción de la inflamación sistémica y del estrés oxidativo, además de activar vías regenerativas que contribuyen a la reparación renal, mediante la estabilización del ciclo celular de los podocitos, y la regeneración tisular. A pesar de los hallazgos prometedores, el estudio tiene limitaciones, como el reducido tamaño de la muestra clínica, el seguimiento limitado, o la falta de evaluación de la FMD ajustada baja en sodio en humanos. Adicionalmente, una dieta FMD no tiene por que realizarse con productos dietéticos protocolizados necesariamente. Estudios futuros con muestras más amplias y seguimientos a largo plazo para recoger datos sobre complicaciones clínicas y mortalidad son aún esenciales para confirmar su efectividad.
Villani, V et al, 2024. A kidney-specific fasting-mimicking diet induces podocyte reprogramming and restores renal function in glomerulopathy. Science Translational Medicine, 16(eadl5514). https://doi.org/10.1126/scitranslmed.adl5514
* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.