Nutrición
Las bebidas azucaradas se relacionan con más de 2 millones de casos anuales de diabetes

El consumo de bebidas azucaradas se ha asociado con el desarrollo de enfermedades cardiometabólicas debido a su palatabilidad, rápida absorción, alta carga calórica y elevado contenido de azúcares. Estos factores contribuyen al aumento de calorías ingeridas y un aumento de la glicemia con repercusiones metabólicas negativas, pudiendo desplazar además alimentos más nutritivos.
Un estudio global reciente (Lara-Castor et al., 2025) analizó la carga de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares atribuibles al consumo de estas bebidas entre 1990 y 2020. Se utilizaron datos del Global Dietary Database con casi 3 millones de participantes en 118 países. Las bebidas azucaradas se definieron como aquellas con azúcares añadidos y al menos 50 kilocalorías por cada porción de 240 mililitros, abarcando refrescos, bebidas energéticas, zumos con azúcar añadido, ponches y aguas adulcoradas. Los principales resultados evaluados fueron la incidencia de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, años de vida ajustados por discapacidad y mortalidad. Los resultados se estratificaron por edad, sexo, nivel educativo, urbanicidad y nivel sociodemográfico y se analizaron desigualdades sociales según nivel educativo y residencia urbana o rural.
Los resultados estimaron que, en 2020, las bebidas azucaradas se asociaron con aproximadamente 12,5 millones de años de vida ajustados por discapacidad cardiometabólica, más de 2 millones de nuevos casos de diabetes tipo 2, y más de 1 millón de casos de enfermedades cardiovasculares, con cientos de miles de muertes asociadas. América del sur y el Caribe registraron las mayores cargas, con más del 24% de los nuevos casos de diabetes atribuibles. África Subsahariana también presentó cifras preocupantes, siendo la región con mayores incrementos entre 1990 y 2020.
En conclusión, este estudio subraya que el consumo de bebidas azucaradas representa una carga sustancial para la salud cardiometabólica global. Aunque en regiones como América del Sur y el Caribe se han implementado políticas como impuestos y regulaciones publicitarias, las cifras absolutas de consumo siguen siendo elevadas. En contraste, África Subsahariana refleja una preocupante transición nutricional hacia dietas más industrializadas. El estudio destaca la influencia de los intereses comerciales en la intensificación del consumo en regiones más pobres que pueden priorizar ingresos fiscales sobre la reducción del consumo. La limitada disponibilidad de agua potable en algunas regiones también incrementa el uso de estas bebidas.
El impacto de impuestos y restricciones publicitarias que se han llevado a cabo en algunas regiones ha sido limitado. No obstante, el estudio presenta algunas limitaciones, como la posibilidad de sesgos en la autodeclaración del consumo y la definición utilizada para las bebidas azucaradas. Futuras investigaciones deberían explorar los efectos de las distintas medidas para reducir el consumo de estas bebidas, particularmente en paises en los que su consumo está en aumento.
Un estudio global reciente (Lara-Castor et al., 2025) analizó la carga de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares atribuibles al consumo de estas bebidas entre 1990 y 2020. Se utilizaron datos del Global Dietary Database con casi 3 millones de participantes en 118 países. Las bebidas azucaradas se definieron como aquellas con azúcares añadidos y al menos 50 kilocalorías por cada porción de 240 mililitros, abarcando refrescos, bebidas energéticas, zumos con azúcar añadido, ponches y aguas adulcoradas. Los principales resultados evaluados fueron la incidencia de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, años de vida ajustados por discapacidad y mortalidad. Los resultados se estratificaron por edad, sexo, nivel educativo, urbanicidad y nivel sociodemográfico y se analizaron desigualdades sociales según nivel educativo y residencia urbana o rural.
Los resultados estimaron que, en 2020, las bebidas azucaradas se asociaron con aproximadamente 12,5 millones de años de vida ajustados por discapacidad cardiometabólica, más de 2 millones de nuevos casos de diabetes tipo 2, y más de 1 millón de casos de enfermedades cardiovasculares, con cientos de miles de muertes asociadas. América del sur y el Caribe registraron las mayores cargas, con más del 24% de los nuevos casos de diabetes atribuibles. África Subsahariana también presentó cifras preocupantes, siendo la región con mayores incrementos entre 1990 y 2020.
En conclusión, este estudio subraya que el consumo de bebidas azucaradas representa una carga sustancial para la salud cardiometabólica global. Aunque en regiones como América del Sur y el Caribe se han implementado políticas como impuestos y regulaciones publicitarias, las cifras absolutas de consumo siguen siendo elevadas. En contraste, África Subsahariana refleja una preocupante transición nutricional hacia dietas más industrializadas. El estudio destaca la influencia de los intereses comerciales en la intensificación del consumo en regiones más pobres que pueden priorizar ingresos fiscales sobre la reducción del consumo. La limitada disponibilidad de agua potable en algunas regiones también incrementa el uso de estas bebidas.
El impacto de impuestos y restricciones publicitarias que se han llevado a cabo en algunas regiones ha sido limitado. No obstante, el estudio presenta algunas limitaciones, como la posibilidad de sesgos en la autodeclaración del consumo y la definición utilizada para las bebidas azucaradas. Futuras investigaciones deberían explorar los efectos de las distintas medidas para reducir el consumo de estas bebidas, particularmente en paises en los que su consumo está en aumento.
Referencias:
Lara-Castor, L et al, 2025. Burdens of type 2 diabetes and cardiovascular disease attributable to sugar-sweetened beverages in 184 countries. Nature Medicine, 31(2), 552–564. https://doi.org/10.1038/s41591-024-03345-4
* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.