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El ayuno intermitente reduce la grasa corporal y mejora la salud metabólica en adultos con sobrepeso y obesidad

La alimentación restringida en el tiempo, una modalidad de ayuno intermitente que concentra el consumo de alimentos en una ventana de entre 4 y 12 horas, se alinea con los ritmos biológicos de ingesta y ayuno. Este método puede activar procesos metabólicos independientemente de facilitar el déficit calórico. Sin embargo, los estudios sobre su efectividad han presentado resultados inconsistentes.

Una revisión sistemática y meta-análisis reciente de ensayos clínicos controlados (Xie et al., 2024) evaluó el impacto de la alimentación restringida en el tiempo sobre la composición corporal, indicadores antropométricos y perfil lipídico en adultos con sobrepeso y obesidad. Se analizaron los resultados de 20 ensayos controlados aleatorizados con más de 1.000 participantes de distintos países con sobrepeso u obesidad, quienes limitaron su ingesta alimentaria a ventanas de entre 4 y 12 horas, mientras que los grupos de control podían comer sin restricción horaria. Los estudios tuvieron duraciones entre las 6 y las 52 semanas. Los parámetros evaluados incluyeron la composición corporal (porcentaje de grasa corporal, masa grasa, masa magra, índice de masa corporal y circunferencia de la cintura) mediante absorciometría DEXA, bioimpedancia eléctrica, así como análisis de perfil lipídico.

Los resultados de esta revisión sistemática muestra que la alimentación restringida en el tiempo produce una reducción significativa en el porcentaje de grasa corporal y en la masa grasa en comparación con los grupos de control, particularmente cuando la ventana de alimentación fue más corta, entre 6 y 8 horas, y en estudios de mayor duración. Asimismo, esta intervención redujo el índice de masa corporal y la circunferencia de la cintura, mejorando los indicadores de peso y distribución de grasa corporal. En cuanto al perfil lipídico, la intervención no generó cambios significativos en la mayoría de los marcadores respecto a los grupos de control, aunque se registró un ligero aumento en las lipoproteínas de baja densidad sin efectos adversos graves. Los beneficios fueron más pronunciados en personas jóvenes y de mediana edad en comparación con adultos de mayor edad.

En conclusión, la alimentación restringida en el tiempo se presenta como una estrategia efectiva para reducir la grasa corporal y mejorar ciertos aspectos de la salud metabólica en adultos con sobrepeso y obesidad. Estos efectos podrían relacionarse con adaptaciones fisiológicas y circadianas que sincronizan los ciclos de alimentación y ayuno, facilitando la movilización de ácidos grasos, activando vías metabólicas como la lipólisis, y fomentando el uso de cetonas como sustrato energético durante los periodos de ayuno. Adicionalmente, la menor frecuencia de ingestas parece contribuir a la reducción de la ingesta calórica total, promoviendo así la pérdida de peso. El leve aumento en las lipoproteínas de baja densidad podría reflejar una respuesta fisiológica adaptativa, indicando un mayor uso de grasas como fuente energética. Las limitaciones de este análisis incluyen la cantidad limitada de estudios, el peso elevado de ciertos ensayos y la variabilidad en los protocolos de intervención, como la duración de las ventanas de alimentación y la inclusión de ejercicio de alta intensidad o restricción calórica. Además, la mayoría de los participantes fueron mujeres jóvenes o de mediana edad, limitando la generalización de los resultados.

Debido a que es un tema polémico, vamos a dar algo de contexto a los hallazgos. Una crítica común al ayuno intermitente y los tiempos restringidos de ingesta es que los efectos se deben al déficit calórico. Es cierto que revisiones de estudios anteriores no encuentran grandes diferencias cuando se compara con condiciones controladas de déficit calórico y es un aspecto a tener presente. Sin embargo, esto puede perder de vista el hecho de que las ventanas restringidas de ingesta pueden facilitar precisamente dicho déficit calórico en muchas personas. Adicionalmente, el efecto de la restricción calórica puede ser potenciado por la restricción de los tiempos de ingesta, como muestran los estudios incluídos en esta revisión que comparan condiciones de déficit calórico en ambos grupos. Por otro lado, se encuentran efectos en estudios sin déficit calórico pautado, incluso con la simple modificación en el horario de las ingestas como sucede con la restricción temprana. Aún más importante es el hecho de que los protocolos rígidos de los estudios científicos difieren de la aplicación clínica en la vida real, en la cual existe una adaptación a nivel de individuo que no se realiza en los ensayos clínicos. Finalmente, debe tenerse en cuenta que el manejo se realiza en conjunto con muchos otros factores, como son el patrón dietético general, la ingesta de proteina, entrenamiento, etc. Por tanto, las interpretaciones reduccionistas basadas en estudios de intervención son simplistas y no corresponden a la realidad del manejo clínico. Futuras revisiones deben aportar no obstante un mayor número de estudios que permitan comparaciones en distintas poblaciones que permitan mejorar las conclusiones, y discriminar de forma más analítica las posibles diferencias observadas.
Referencias:
Xie, Y et al, 2024. The Effects of Time-Restricted Eating on Fat Loss in Adults with Overweight and Obese Depend upon the Eating Window and Intervention Strategies: A Systematic Review and Meta-Analysis. Nutrients, 16, 3390. https://doi.org/10.3390/nu16193390

* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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